Una tragedia golpeó el sustento de decenas de familias emprendedoras. Un incendio de grandes proporciones consumió la noche del sábado 48 puestos del mercado San Miguel, en el Complejo de Mercados de Piura, dejando pérdidas económicas que superan los 2 millones de soles, según estimaciones de los dirigentes del centro de abasto.
El siniestro, ocurrido en horas de la noche, arrasó con toda la infraestructura y mercadería de pequeños y medianos comerciantes que durante años forjaron sus negocios desde cero. La desesperación crece entre los damnificados, quienes aseguran no contar con seguros ni ahorros para reiniciar.
El comerciante Juan More resultó ser el más afectado. Su puesto de venta de abarrotes y el almacén que mantenía en el segundo nivel fueron reducidos a escombros. Sus pérdidas superan el millón de soles. “Todo está perdido. Años de trabajo se fueron en cuestión de minutos”, lamentó un representante del negocio a Reporteros 365.

“Vivimos del día a día. Necesitamos del apoyo de la municipalidad y créditos que nos permitan levantarnos. No podemos solos”, imploró Pastor Jiménez Córdova, representante de los vendedores afectados.
Sin embargo, la recuperación del mercado se enfrenta a una traba legal. El dirigente Pedro Tuesta Clavijo explicó que el terreno aún no ha sido saneado legalmente, lo que impide a la municipalidad tomar acciones efectivas para una reversión o reconstrucción inmediata.
“La municipalidad solo tiene una inscripción preventiva, porque el terreno sigue en disputa con el Ministerio de Educación. Así no se puede actuar como propietarios”, indicó Tuesta.
Aunque en 2018 una resolución otorgó a la municipalidad la administración del predio, esta nunca concluyó el proceso de saneamiento físico-legal del terreno conocido como “La Fábrica”. Esa omisión hoy retrasa cualquier tipo de ayuda estructural.
Los comerciantes, devastados y sin respuestas concretas, exigen una acción urgente del gobierno local y central para no quedar en el abandono. Piden, además, la habilitación de créditos de emergencia, donaciones y una solución inmediata al limbo legal del terreno que ocupan.
“El fuego se llevó todo. Ahora solo pedimos una oportunidad para volver a empezar”, concluyó uno de los afectados, mirando las cenizas donde alguna vez estuvo su fuente de sustento.