Una nueva escena de violencia estremeció la tarde de este lunes 6 de octubre al distrito de Veintiséis de Octubre, en Piura. Cuatro hombres fueron atacados a balazos cuando conversaban en una esquina del sector 7 del asentamiento humano Nueva Esperanza. El ataque, perpetrado por sicarios que se desplazaban en un vehículo color plomo, dejó dos muertos y dos heridos de gravedad.
Según testigos, las víctimas se encontraban sentadas frente a una vivienda en la intersección de los jirones 1 de Diciembre y Morropón, cuando el vehículo sospechoso se detuvo y, sin mediar palabra, los ocupantes abrieron fuego en repetidas veces. El estruendo de los disparos —más de treinta según los casquillos hallados— desató el pánico entre los vecinos, quienes corrieron a refugiarse en sus casas mientras los atacantes huían a toda velocidad.
Víctimas
Gravemente heridos, los cuatro hombres fueron auxiliados por los moradores y serenos, siendo trasladados al hospital Santa Rosa de Piura. Sin embargo, minutos después se confirmó la muerte de dos de ellos: Jhon Leny Jiménez Riofrío y Jhon Lenno Neyra García, quienes fallecieron en la sala de emergencias de dicho nosocomio. Los otros dos heridos, Luis Jair Caballero Acosta y Juan Carlos Jaramillo Noriega, permanecen internados bajo pronóstico reservado.

Agentes de la Policía Nacional acordonaron la zona y hallaron una gran cantidad de casquillos percutidos y rastros de sangre sobre el pavimento. La División de Homicidios y peritos de Criminalística llegaron al lugar para levantar evidencias y reconstruir el ataque. La Fiscalía de turno tomó conocimiento del caso y ya se encuentra realizando las diligencias urgentes y necesarias para el reclarecimiento del hecho y determinar responsabilidades
Fuentes policiales no descartan que se trate de un ajuste de cuentas. Aunque, algunos testimonios de vecinos de las víctimas detallaron que estos era obreros de construcción civil.
El crimen se suma a una serie de ataques armados ocurridos en las últimas semanas en Piura, donde los casos de sicariato, extorsiones y enfrentamientos vienen incrementándose. La población exige mayor presencia policial y acciones concretas para frenar la violencia que mantiene en zozobra a los barrios del norte.