La situación de los trabajadores de Credinka se ha vuelto crítica luego de la intervención de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS) por problemas de solvencia económica. Alrededor de 800 empleados de la financiera alzaron su voz para exigir que, en la liquidación, se incluya una indemnización por despido, argumentando que muchos de ellos, con más de nueve años de servicio, enfrentan dificultades para encontrar empleo debido a su edad.
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El pasado 20 de septiembre, Caja Arequipa anunció que ganó la adjudicación para asumir los activos y pasivos de Credinka. Sin embargo, los trabajadores detallaron que la nueva administración les informó que no contratará a los empleados de la financiera absorbida, argumentando que ya cuenta con su propio personal.
“Nos preocupa profundamente nuestra situación, ya que hay personas cercanas a la jubilación, así como madres en periodo de lactancia, que dependen de este trabajo”, señalaron empleados que prefirieron mantener su anonimato por temor a represalias.
A pesar de que continúan laborando, los trabajadores denunciaron condiciones de trabajo restrictivas, como tener las puertas cerradas y bajo llave, lo que les impide protestar libremente, limitándose a salir únicamente durante el almuerzo.
Finalmente, los trabajadores de Credinka esperan que se les reconozca su derecho a una justa liquidación e indemnización por el despido intempestivo, mientras luchan por un futuro incierto.
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