El Instituto Nacional de Salud (INS) advirtió que, con la llegada del invierno, los casos de mordedura por la araña casera (Loxosceles laeta) tienden a incrementarse. El peligro aumenta durante la noche y la madrugada, cuando estos arácnidos salen de sus escondites en busca de alimento o refugio.
“En los hospitales se reportan entre tres y cinco casos mensuales, pero muchos no se notifican oficialmente”, informó Cristopher Schwarz, médico veterinario y jefe del Área de Animales Venenosos del INS. El especialista señaló que las mordeduras suelen producirse de forma accidental, cuando las personas entran en contacto con la araña al vestirse o al acostarse.
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Estas arañas, comúnmente llamadas «arañas de rincón», se esconden en lugares oscuros y poco transitados del hogar: detrás de muebles, cuadros, cortinas, libros y en el interior de roperos. Para prevenir accidentes, el INS recomienda sacudir la ropa, frazadas y calzado antes de usarlos, separar los muebles de las paredes y realizar una limpieza profunda en zonas que suelen pasarse por alto.
La Loxosceles laeta es fácilmente identificable por su color marrón y una marca en forma de violín en su dorso. La hembra, que puede medir entre 1 y 3 centímetros, produce mayor cantidad de veneno que el macho.
Una mordedura de esta especie no debe subestimarse. Puede causar desde una lesión cutánea severa hasta un cuadro sistémico grave, conocido como loxoscelismo cutáneo viscero-hemolítico, que afecta órganos vitales como los riñones y puede poner en riesgo la vida.
Recomendaciones ante mordedura de araña casera
Ante una mordedura, se recomienda acudir de inmediato al centro de salud más cercano, idealmente dentro de las primeras seis horas. También se sugiere inmovilizar la zona afectada, evitar manipularla, no automedicarse ni intentar extraer el veneno. Si es posible, llevar el espécimen ayuda a confirmar el diagnóstico.
Para estos casos, el Minsa dispone del suero antiloxoscélico monovalente, disponible en los principales hospitales del país. El tratamiento temprano puede marcar la diferencia entre una recuperación completa y complicaciones graves.
La prevención comienza en casa. Con el descenso de temperaturas, mantener el hogar limpio y libre de rincones oscuros podría ser la mejor defensa contra una mordida potencialmente letal.