La novela de Christian Cueva ha dado un giro inesperado y explosivo. Sergio Ludeña, presidente del club Cienciano, anunció este lunes que iniciarán acciones legales contra el Club Sport Emelec de Ecuador, luego de que la escuadra guayaquileña oficializara el fichaje del volante peruano, quien —según la directiva imperial— aún tiene contrato vigente hasta el 30 de junio.
La situación ha encendido las alarmas en el entorno legal del fútbol sudamericano. En entrevista con Radio Metropolitana, Ludeña fue tajante al confirmar que acudirán incluso a la FIFA para defender los derechos del club cusqueño.
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“Cueva tiene un contrato que debe respetar. Nosotros, con cautela, estuvimos atentos a estos movimientos mediáticos de los últimos días”, declaró el directivo.
“Cienciano va a iniciar una demanda contra Emelec porque han anunciado a un jugador con contrato vigente. Nos están generando un perjuicio y eso está claramente contemplado en el reglamento de la FIFA”, agregó.
La denuncia formal, según fuentes cercanas al club, ya se estaría elaborando. En Cusco consideran que Emelec vulneró los principios del reglamento de transferencias y que el accionar del cuadro ecuatoriano daña directamente a la institución.
Ludeña también aprovechó para enviar un mensaje contundente a la hinchada: “Hemos dejado pasar estos días, pero Cienciano se hará respetar. Nadie va a pisotear el escudo”.
Cueva y su nuevo capítulo internacional
A sus 32 años, Christian Cueva vuelve al fútbol internacional tras un paso intermitente por el torneo peruano con Alianza Lima y Cienciano. El talentoso mediocampista, apodado ‘Aladino’, fue anunciado como flamante refuerzo de Emelec, club dirigido por el argentino Jorge Célico, que atraviesa una difícil campaña en la Serie A ecuatoriana.
El currículum internacional de Cueva es amplio: ha jugado en Chile (Unión Española), España (Rayo Vallecano), México (Toluca y Pachuca), Brasil (São Paulo y Santos), Rusia (Krasnodar), Turquía (Yeni Malatyaspor) y Arabia Saudita (Al Fateh).
Pero ahora, con una demanda en puerta y un contrato aún en vigencia, su llegada a Guayaquil podría convertirse en un dolor de cabeza legal para Emelec. La historia, lejos de terminar, recién comienza a escalar.
