Richard Joel Sandoval Mechato, Doliente de la Semana Santa 2025 en Catacaos, se muestra emocionado. “No me creo digno de tan importante carga, pero, poco a poco vamos avanzando, como debe ser”, destaca este servidor del señor.
“Yo no vengo por santo, vengo por los pecadores, por los hijos que se quieren perder, afirma el hombre de cuarenta años.
También puedes leer: Semana Santa: Catacaos espera 20 mil visitantes y un impacto económico de más de S/ 2.5 millones
Aunque Richard debía cumplir su servicio en 2024, la pandemia hizo que se postergara un año. En esta decisión influyeron mucho su abuelita y su hijo menor, que ahora tiene 6 años. Doña Agustina Silva Yarlequé, conocida como “Gucha”, tiene 85 años y anhela acompañarlos este Viernes Santo. “Pese a su edad y su salud, voy a hacer todo lo posible para que ella esté con nosotros”, cuenta Richard.
“Ella es un símbolo para todos nosotros y sé que San Dimas me está ayudando mucho”, destaca quien realizó estudios de docencia en el Instituto Superior Pedagógico Piura.
Otra de las razones que motivaron a Richard a asumir este compromiso fue el pedido que le hacía a Dios para que su hijo menor pudiera hablar fluidamente. Hoy, en su colegio, el pequeño ya se desenvuelve con total normalidad.
“Ser Doliente es un cargo grande y ahora sé que Dios elige a las personas menos apropiadas. Desde que me designaron, me han pasado cosas maravillosas como pruebas difíciles, para comprobar mi fe”, señala el devoto del Cautivo y el Señor de Los Milagros.
Compartir por Semana Santa
Richard Joel Sandoval Mechato, junto a su familia —su principal soporte— así como amigos y vecinos, se ha organizado con esmero y espera poder atender entre 3,000 y 3,500 personas este Viernes Santo, en la cuadra 2 del jirón San Francisco.
Ya tiene asegurados 820 kilos de pescado, 10 sacos de arroz, 4 sacos de arvejón y se prepara con 5 sacos de harina para la chicha. A ello se suman frutas, galletas, aceitunas, queso, plátanos maduros para freír, vinos, agua, entre otros productos.
El sentimiento de unidad entre vecinos —e incluso personas que no conocen pero que se acercan a brindar su aporte— ha permitido que más de 200 voluntarios se sumen para atender a quienes lleguen a su hogar a compartir los siete potajes, en el día principal de esta festividad.