El nuevo presidente de la República, José Jerí, asumió el mando del país tras la vacancia de Dina Boluarte, convirtiéndose en el mandatario número 11 desde 1990. Su llegada al poder ocurre bajo el amparo de la sucesión constitucional, pero también bajo la sombra de denuncias e investigaciones que marcaron su trayectoria política.
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“Hoy asumo con humildad la presidencia de la República por sucesión constitucional, para instalar y dirigir un gobierno de transición, de empatía y de reconciliación nacional”, expresó Jerí en su primer mensaje al país. Señaló que su gestión buscará restablecer la confianza en las instituciones y promover acuerdos mínimos entre las fuerzas políticas.
El nuevo mandatario también anunció una ofensiva nacional contra la inseguridad ciudadana, al calificar a las organizaciones criminales como “el principal enemigo del Perú”. “Debemos declararle la guerra a la delincuencia”, enfatizó, instando a las instituciones del Estado a trabajar de forma articulada para enfrentar el avance del crimen organizado.
No obstante, su figura no está exenta de controversia. En enero de 2025, la Fiscalía Suprema de Familia abrió una investigación preliminar en su contra por presunta violación sexual, junto a otro implicado, tras una denuncia por hechos ocurridos en diciembre de 2024. Aunque Jerí rechazó las acusaciones y aseguró su total colaboración con las autoridades, su partido Somos Perú suspendió temporalmente su militancia. Finalmente, en agosto de 2025, la Fiscalía archivó la investigación por falta de pruebas.
Con su ascenso, José Jerí enfrenta el desafío de gobernar un país golpeado por la inseguridad, la polarización y la desconfianza ciudadana, en un escenario donde la estabilidad política vuelve a estar en juego.
