Sullana se desangra. Esta vez dos sicarios acabaron con la vida de una pareja de prestamistas venezolanos, la tarde del martes 11 de noviembre en la carretera Sullana-Piura, a la altura del grifo San José, en un nuevo hecho de sangre que evidencia el avance del sicariato en la región Piura.
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De acuerdo a las autoridades, se trata de Eglis Yurimar España Maita (34) y Víctor Gil Pacheco (26), ambos de nacionalidad venezolana, quienes se dedican presuntamente a la cobranza de préstamos de dinero. Según las primeras indagaciones, la mujer se desplazaba en una motocicleta lineal junto a su compañero cuando fueron interceptados por dos sicarios que circulaban en otro vehículo menor.
Sin mediar palabra, los atacantes abrieron fuego en plena vía, alcanzando primero a Eglis, quien cayó al pavimento, y segundos después a su compañero, quien pese a que intentó escapar recibió múltiples disparos. Ambos murieron de manera instantánea.
Inician investigación
Los vecinos y conductores que transitaban por la zona alertaron de inmediato a las autoridades, mientras agentes de la Policía Nacional del Perú (PNP) llegaron al lugar para acordonar la escena del crimen y recoger evidencias balísticas. Personal de la División de Investigación Criminal (Divincri) de Piura inició las diligencias correspondientes para esclarecer los hechos.
Fuentes policiales informaron que cámaras de seguridad cercanas registraron todo el ataque, lo que será clave para identificar a los responsables. Los detectives investigan el móvil del doble homicidio, aunque no se descarta que se trate de un ajuste de cuentas o un caso de sicariato vinculado a deudas ilegales o cobros extorsivos.
Este nuevo crimen vuelve a poner en evidencia la ola de violencia que afecta a Sullana y alrededores, donde los casos de asesinatos por encargo y ataques armados se han vuelto cada vez más frecuentes, generando alarma entre la población.
“El nivel de violencia con que actuaron los sicarios demuestra la peligrosidad de estas organizaciones criminales que operan en la región”, indicó un morador.



