Un operativo de fiscalización terminó en una escena de violencia extrema en el distrito de Lurigancho-Chosica, cuando al menos 20 comerciantes ambulantes se enfrentaron con palos y golpes a personal municipal que intentaba recuperar espacios públicos invadidos. El hecho dejó gravemente herido a un joven sereno de 23 años, a quien una ambulante le arrancó parte de la oreja de una mordida durante el enfrentamiento.
El incidente ocurrió en la cuadra 1 de la avenida Lima Norte. Según reportó América Noticias, la presencia de fiscalizadores y agentes de serenazgo desató una reacción violenta por parte de los ambulantes, quienes respondieron con agresiones físicas para evitar el retiro de sus puestos informales.
Durante el ataque, uno de los serenos sufrió el ataque por parte de una mujer que, en medio del caos, le mordió la oreja con tal fuerza que le desprendió una parte. Los colegas del joven sereno, lo trasladaron en estado de shock al Hospital de Chosica. Sin embargo, debido a la gravedad de la lesión, posteriormente lo derivaron a una clínica privada donde los médicos informaron que tendrá que pasar por una cirugía reconstructiva. Su estado de salud es estable, pero la herida es de consideración.
Analizan cámaras de seguridad
Las cámaras de seguridad del municipio captaron el momento exacto del ataque, imágenes que la Policía Nacional analiza con el fin de identificar plenamente a la agresora, quien hasta el momento no ha sido detenida.
La Municipalidad de Lurigancho-Chosica inició una investigación para determinar responsabilidades y aplicar las sanciones correspondientes. En un comunicado, la comuna reiteró su compromiso con la recuperación del orden y la defensa del espacio público, al tiempo que hizo un llamado a la ciudadanía para rechazar la violencia como forma de protesta.
El sereno herido permanece bajo observación médica y su recuperación tomará varias semanas. Las autoridades aún no reportan detenidos, pero se espera que con el registro audiovisual se pueda dar con la identidad de la atacante en las próximas horas.
Este nuevo episodio de violencia en operativos municipales pone en evidencia la tensión permanente entre el comercio informal y la autoridad, y reabre el debate sobre los mecanismos para enfrentar la ocupación descontrolada del espacio público.
