Tras dos postergaciones y una espera de años, el nuevo Aeropuerto Internacional Jorge Chávez abrirá finalmente sus puertas el próximo 1 de junio. Sin embargo, su entrada en funcionamiento estará precedida por una inédita suspensión total de vuelos durante 12 horas, en una de las transiciones aeroportuarias más ambiciosas del país.
Juan José Salmón, gerente general de Lima Airport Partners (LAP), confirmó que el aeropuerto actual dejará de operar desde las 11:59 p.m. del sábado 31 de mayo, y permanecerá cerrado hasta el mediodía del domingo 1 de junio. Durante ese lapso, se realizará el traslado de equipos, aeronaves y personal hacia el flamante terminal.
“Desde la medianoche hasta las 12 del día no habrá despegues ni aterrizajes. Las aerolíneas ya están coordinando la reprogramación de vuelos con sus pasajeros”, precisó Salmón.
Marcha blanca desde el 15 de mayo: solo el 1 % del tráfico inicial
Antes de su inauguración oficial, el nuevo Jorge Chávez tendrá un periodo de prueba —o “marcha blanca”— que comenzará el 15 de mayo. En esta fase inicial operarán únicamente algunas aerolíneas internacionales que, en conjunto, movilizarán cerca del 1 % del tráfico diario habitual: unos 700 pasajeros.
“La intención es trabajar con vuelos que no impliquen conexiones internas, para evitar complicaciones. Hemos diseñado este proceso para minimizar riesgos y probar todos los sistemas antes de abrir al 100 %”, indicó el gerente de LAP.
Durante esta etapa, las aerolíneas seleccionadas trasladarán todas sus operaciones al nuevo terminal. Se han establecido planes de contingencia para ayudar a los pasajeros que puedan llegar por error al antiguo aeropuerto, incluyendo transporte inmediato entre terminales.
¿Qué pasará con el viejo Jorge Chávez?
Una vez en funcionamiento el nuevo aeropuerto, el actual terminal no será demolido, sino reconvertido. Según LAP, la plataforma donde hoy estacionan aeronaves seguirá activa para mantenimiento y parqueo prolongado. En tanto, la torre de control y la zona de check-in se transformarán en oficinas logísticas, espacios comerciales, centros de salud o educativos.
Además, se prevé habilitar un área para atender al creciente mercado de vuelos privados, y LAP ya evalúa propuestas de grandes empresas logísticas chinas interesadas en usar el aeropuerto como centro de distribución regional de comercio electrónico.
“La idea es repensar el uso total del espacio concesionado, integrarlo al Callao y generar nuevas oportunidades”, concluyó Salmón.