El nombre de Tony Janzen Valverde Victoriano, alias «Pequeño J», retumba hoy en el mapa criminal de Sudamérica. A sus 20 años, el joven peruano es acusado de liderar una violenta organización de narcotráfico en Argentina y señalado como el autor intelectual y material de un triple feminicidio que estremeció a Buenos Aires el pasado 20 de septiembre.
La tarde de este martes 30 de septiembre, agentes de la Dirección Antidrogas (Dirandro) de la Policía Nacional del Perú pusieron fin a su fuga, tras su captura en la tolva de un camión en la Panamericana Sur, a la altura de Pucusana, cuando intentaba huir con rumbo desconocido.
De Trujillo al crimen transnacional
Valverde Victoriano no es un nombre ajeno a los expedientes policiales. Nació en una familia trujillana marcada por la violencia: su padre, Janhzen Valverde Rodríguez, fue asesinado en 2018 en un ajuste de cuentas en el distrito de La Esperanza; y sus tíos, Luis y Manuel Valverde Victoriano, arrastran prontuarios por homicidio y extorsión. En ese entorno, el joven creció y, en pocos años, dio el salto a las mafias de narcotráfico transnacional.
De acuerdo a la policía, en Argentina, “Pequeño J.” tejió una red criminal que lo convirtió en pieza clave del mercado de drogas bonaerense. Su nombre apareció con mayor fuerza el pasado 24 de septiembre, cuando las autoridades hallaron los cuerpos mutilados de Morena Verri (20), Brenda del Castillo (20) y una adolescente de 15 años en la cámara séptica de una vivienda en Villa Vatteone. Las tres jovencitas desaparecieron días antes, luego que abordaran una camioneta blanca en La Matanza.
La investigación reveló un hecho aún más atroz: el triple feminicidio aparentemente se transmitió en vivo a través de un canal cerrado de Instagram como un mensaje de terror a miembros de otra organización criminal.
Una captura internacional
La ministra de Seguridad argentina, Patricia Bullrich, confirmó la captura en sus redes sociales y felicitó el trabajo de la PNP: “Cuando se trabaja con decisión y coordinación, los delincuentes no tienen dónde esconderse”.
Horas antes también cayó en manos de la PNP en Lima, Matías Agustín Ozorio, ciudadano argentino y considerado la “mano derecha” de “Pequeño J”, cuando deambulaba en el distrito de Los Olivos.
Ambos permanecen detenidos en la sede de la Dirandro mientras se coordinan acciones judiciales y diplomáticas con las autoridades argentinas.
Un perfil sanguinario
Para la policía de Buenos Aires, Tony Valverde es un delincuente “extremadamente sanguinario”, sin límites a la hora de disciplinar a su gente. Su captura representa un golpe importante contra las mafias transnacionales, aunque también expone la crudeza con la que estos jóvenes sicarios exportan la violencia del norte peruano hacia otros países.
Hoy, “Pequeño J.” enfrenta la justicia con un prontuario marcado por el narcotráfico, la extorsión y el feminicidio. Su caída abre un nuevo capítulo en la lucha contra las organizaciones criminales que no reconocen fronteras.