En las áridas tierras del centro poblado de Malingas, en el distrito de Tambogrande, las piedras hablan. Y lo han hecho por siglos. Hoy, su voz ha sido finalmente escuchada por el Estado. Los petroglifos conocidos como El Mono, Tres Lanzas y Laberinto han sido declarados oficialmente como paisajes arqueológicos, recibiendo protección provisional por parte del Ministerio de Cultura del Perú.
La medida, publicada en el diario oficial El Peruano, se formaliza mediante las Resoluciones Directorales N.° 000200, 000201 y 000202-2025-DGPA-VMPCIC/MC, y marca un punto de quiebre en la relación entre el patrimonio cultural y las políticas de conservación en el norte del país.
Trazos milenarios, silencios que perduran
Los petroglifos, esculpidos con técnicas ancestrales como la percusión directa y el raspado, ofrecen una ventana a las cosmovisiones de los antiguos habitantes del valle de Malingas. Figuras geométricas, antropomorfas y zoomorfas —aún visibles con sorprendente claridad— componen un legado simbólico que hasta hace poco había permanecido en el olvido institucional.
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“El Mono”, grabado que da nombre a uno de los sitios, destaca no solo por su complejidad formal, sino por su potencia narrativa: un mensaje ancestral preservado en la roca, posiblemente vinculado a rituales o rutas sagradas de comunicación.
Las inspecciones técnicas realizadas por la Dirección Desconcentrada de Cultura (DDC) de Piura durante abril y mayo confirmaron el valor patrimonial de estos grabados, al tiempo que identificaron riesgos urgentes: erosión, falta de delimitación y amenazas por actividades humanas no reguladas.
Un primer paso hacia la revalorización
Para el arqueólogo André Vidal Urquiaga, especialista en patrimonio inmueble de la DDC Piura, la declaratoria no es un punto de llegada, sino de partida. “Estos petroglifos han estado olvidados por años. La protección provisional nos permite trabajar en su conservación, desde cercos perimétricos hasta señalética turística. Es tiempo de devolverle a Malingas el valor que merece”, señala.
El proceso continuará con la elaboración de un expediente técnico por parte de la Municipalidad Distrital de Tambogrande, paso clave para una futura declaratoria definitiva y la integración del sitio en rutas de turismo cultural sostenible.
Una conquista desde la comunidad
Más allá de los tecnicismos, esta victoria es también comunal. Pobladores de Palo Negro, Cruz Verde, la Cooperativa Agraria de Usuarios Malingas Alto y autoridades locales del centro poblado son los protagonistas silenciosos de este avance. Su conocimiento, vigilancia y compromiso permiten que el patrimonio local no llegue al olvido o el descuido.
La gestión conjunta entre la DDC Piura y la Municipalidad de Tambogrande refleja un modelo de articulación que puede —y debe— replicarse en otras zonas con patrimonio vulnerable.
Patrimonio vivo, futuro posible
Este reconocimiento es más que un trámite burocrático: es un acto de justicia cultural. Los petroglifos de Malingas no son simples grabados en piedra, sino testigos de una memoria colectiva que resiste. Su conservación no solo honra a quienes los crearon, sino que abre una oportunidad real para repensar el desarrollo desde la identidad y la historia.
“Lo que hoy celebramos es apenas el inicio de una tarea más grande: cuidar, investigar y compartir este legado con las futuras generaciones”, concluyó el representante de la DDC.
En los próximos meses comenzarán los trabajos de preservación e investigación. Y con ello, Malingas —ese rincón olvidado del mapa— empieza a emerger como un nuevo referente cultural del norte peruano. Porque a veces, hay que escuchar lo que las piedras tienen que decir.