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“Piura fue la patria de mis sueños”: la ciudad que forjó a Vargas Llosa despide a su hijo más ilustre

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Con la partida de Mario Vargas Llosa, el mundo pierde a uno de los grandes narradores de nuestro tiempo. Pero en Piura, su muerte se siente como la despedida de un hijo que convirtió los recuerdos de infancia en literatura inmortal. Allí, entre el sol inclemente y las calles que alguna vez recorrió con cuadernos escolares, germinaron los sueños que luego lo llevarían a conquistar el Nobel.

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Última visita a Piura

La última vez que Vargas Llosa pisó su querida Piura fue en marzo de 2012. Vino a recibir el Doctorado Honoris Causa de la Universidad Nacional de Piura, pero el viaje fue mucho más que un acto académico. Fue una peregrinación íntima por los escenarios que marcaron su juventud, una vuelta al origen con la nostalgia del que sabe que regresa a sus raíces.

Visitó la Biblioteca Municipal Ignacio Escudero, la Plaza de Armas, y el antiguo colegio San Miguel, donde cursó el quinto de secundaria. Este edificio, ubicado junto a la plazuela Merino, fue uno de los templos de su formación, testigo mudo de sus primeros pasos como lector apasionado, y que hoy lamentablemente luce abandonado y a punto colapsar producto del olvido de las autoridades que prometieron restaurarla y convertirla en la “Casa Regional de la Cultura MVLl”.

También recorrió el Colegio Salesiano Don Bosco, donde vivió su etapa primaria. Allí compartió recuerdos vívidos de su niñez, acompañado de su exesposa Patricia Llosa y de su primo, el cineasta Luis Llosa. La visita coincidió con su cumpleaños número 76, que celebró entre abrazos, memoria y homenajes.

Uno de los momentos más emotivos ocurrió cuando la Municipalidad de Piura le otorgó el reconocimiento “José Estrada Morales”, en honor a uno de sus maestros más queridos. Vargas Llosa, conmovido, resumió su vínculo con la ciudad en una frase que hoy resuena con dolor y gratitud: “Piura fue la primera patria de mis sueños y de mis libros. Es aquí donde aprendí a amar las historias.”

Hoy, mientras el mundo entero rinde tributo a su legado, Piura lo recuerda como ese niño que aprendió a imaginar entre sus muros, y que devolvió el favor con historias que la hicieron eterna.

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