Un devastador huaico, provocado por las intensas lluvias que azotan el país, cobró la vida de tres mujeres en el distrito de Putinza, provincia de Yauyos, en Lima. La tragedia ocurrió la madrugada del miércoles 5 de marzo, cuando la activación de una quebrada desató un violento deslizamiento de lodo y piedras acabando con la vida de madre, hija y abuela
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El alud impactó directamente contra una vivienda ubicada en el kilómetro 112 de la vía Cañete-Yauyos, sepultando a Yeny Rodríguez Melgarejo, su hija de 10 años y su madre, Eugenia Melgarejo. Pese a los esfuerzos de los pobladores y brigadas de la Policía Nacional del Perú (PNP), las tres víctimas fueron halladas sin vida bajo toneladas de escombros.
Rescate con herramientas precarias y pedido urgente de ayuda
Desde las primeras horas tras la tragedia, los pobladores de Putinza y agentes de la PNP trabajaron incansablemente para recuperar los cuerpos, utilizando herramientas básicas como palas y guantes. La falta de maquinaria pesada dificultó las labores de rescate, generando desesperación entre los familiares de las víctimas y la comunidad entera.
Los vecinos informaron que el huaico también afectó al menos siete viviendas en la zona, dejando a varias familias en una situación crítica. Ante ello, exigieron el inmediato apoyo del gobierno central y regional para remover escombros y atender a los damnificados.
Indignación por la ausencia de autoridades locales
A la tragedia se suma el malestar de los pobladores, quienes denunciaron la inacción y el silencio de la alcaldesa de Putinza y del alcalde provincial de Yauyos, Diomides Alfonso Dionisio Inga. Hasta el momento, ninguna autoridad se ha hecho presente en la zona ni ha emitido un pronunciamiento sobre la emergencia, lo que ha generado indignación y reclamos por una mayor respuesta ante los desastres naturales.
Este desastre se suma a los múltiples huaicos y deslizamientos que en las últimas semanas golpearon diferentes regiones del país, como consecuencia de las intensas lluvias. La población exige medidas urgentes para la prevención y atención de emergencias, así como la intervención del Estado ante la vulnerabilidad de cientos de familias que viven en zonas de alto riesgo.