El caso de Erick Moreno Hernández, alias “El Monstruo”, dio un giro clave en Paraguay. El Juzgado Penal de Garantías Nº 1 de Asunción ordenó que el cabecilla peruano permanezca en prisión preventiva en el Módulo 8 del penal Martín Mendoza de Emboscada, una cárcel reservada para internos de máxima peligrosidad. La medida, dictada mediante el Auto Interlocutorio Nº 1682 el 25 de septiembre, busca neutralizar el alto riesgo de fuga mientras se resuelve el pedido de extradición al Perú.
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El tribunal consideró la gravedad de los delitos que se le atribuyen: secuestro, con penas de hasta 30 años, y organización criminal, castigada con hasta 20. La Fiscalía paraguaya, representada por Giovanni Grisetti, subrayó que la identidad del detenido coincide plenamente con la remitida por la justicia peruana y que el historial delictivo de Moreno hace indispensable su aislamiento en un penal de máxima seguridad. Además, recordó que Paraguay debe cumplir sus compromisos internacionales en materia de extradición.
Defensa
La defensa, a cargo del abogado público Horacio Caballero, rechazó la posibilidad de una extradición abreviada y solicitó un examen médico, argumentando que su defendido sufre claustrofobia y vive con un solo pulmón. Moreno, en declaraciones a la prensa, intentó desmarcarse de los cargos, señalando que otros criminales presuntamente usan su nombre y que es víctima de una persecución por parte de supuestos enemigos que tienen vinculación con la policía peruana.
El juzgado ya notificó a la Corte Suprema de Justicia de Paraguay para coordinar con la justicia peruana los pasos siguientes en el proceso de extradición. En el Perú, el Ministerio de Justicia, la Cancillería y la Policía Nacional trabajan para acelerar el trámite, y no se descarta que, de concretarse el traslado, el INPE ordene su internamiento en la Base Naval del Callao, considerada la prisión más segura del país.
Captura y crímenes de «El Monstruo»
La captura de alias “El Monstruo” ocurrió la noche del miércoles 24 de septiembre en San Lorenzo, tras un operativo de 35 agentes. En plena intervención, intentó sobornar a los policías con un millón de dólares, propuesta que fue rechazada. En la vivienda se hallaron tres teléfonos celulares y documentos, pero no armas ni dinero en efectivo. Los vecinos afirmaron que el prófugo llevaba una vida discreta para pasar inadvertido.
Del mismo modo, la PNP atribuye a ser cabecilla de la organización criminal Los Injertos del Cono Norte, dedicada a secuestros, extorsiones y homicidios. Se le vincula a casos que estremecieron a la opinión pública, como los secuestros de Valeria Vásquez y Jackeline Salazar. Su eventual extradición es vista por las autoridades como un golpe estratégico al crimen organizado en el Perú y una oportunidad para que las víctimas y sus familias obtengan justicia.
