La tarde de este viernes 19 de diciembre, la violencia volvió a teñir de luto a Piura y dejó una herida profunda en toda una comunidad educativa. Rodolfo Antonio Otero Sandoval (53), docente de Educación Física con 30 años de servicio, fue asesinado a balazos por sicarios en los exteriores de la institución educativa Parcemón Saldarriaga, en el sector Pachitea, justo cuando se preparaba para iniciar una nueva jornada de trabajo. El crimen ocurrió en una fecha especialmente dolorosa: el día del cumpleaños de su madre.
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Según testigos, el profesor acababa de llegar al colegio y estacionaba su camioneta cuando cuatro sujetos armados que se desplazaban en dos motocicletas, entre ellos una mujer, lo interceptaron. Sin darle oportunidad de reaccionar, los atacantes abrieron fuego a sangre fría, para luego huir con rumbo desconocido. El estruendo de los disparos rompió la tranquilidad del barrio y sembró pánico entre vecinos, padres de familia y transeúntes.
Efectivos policiales llegaron minutos después y encontraron al docente gravemente herido dentro de su vehículo. Se solicitó con urgencia la presencia del Servicio de Atención Móvil de Urgencia (SAMU), pero pese a los esfuerzos por salvarle la vida, se confirmó su fallecimiento, provocando escenas de desesperación entre quienes presenciaron el dramático momento.
La noticia se propagó rápidamente y generó una profunda conmoción en la comunidad educativa del colegio Parcemón Saldarriaga, donde Rodolfo Otero no solo era un profesor, sino un referente humano. Compañeros de trabajo, alumnos y vecinos lo recuerdan como un hombre cercano, solidario y comprometido con la formación de generaciones de estudiantes, a quienes inculcó valores a través del deporte y la disciplina.
Dolor de familiares
El dolor alcanzó su punto más desgarrador con la llegada de sus familiares al lugar del crimen. Su hermano gemelo, visiblemente afectado, protagonizó escenas de llanto que conmovieron a todos los presentes. Entre gritos de impotencia expresó: “¿Qué le digo a mi madre en su cumpleaños? Hoy debía ser un día de alegría y nos han destruido la vida. Hermano de mi corazón levántate”, palabras que reflejan la tragedia que hoy enluta a una familia entera.
Mientras la Policía Nacional activó el Plan Cerco e inició las investigaciones, revisando cámaras de seguridad y recogiendo testimonios, la población exigía justicia. De manera preliminar, no se descarta que el crimen esté vinculado a un presunto caso de extorsión, aunque las autoridades continúan evaluando otras hipótesis.
La muerte de Rodolfo Antonio Otero Sandoval no solo deja un vacío en su hogar, sino también en las aulas y patios del colegio donde entregó tres décadas de su vida. Su asesinato vuelve a poner en evidencia el rostro más cruel de la inseguridad ciudadana que golpea Piura y deja una pregunta dolorosa en el aire: ¿cuántas vidas más deberán perderse para que la violencia se detenga?
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