Un certero golpe al crimen organizado dio esta madrugada la Fiscalía contra la Criminalidad Organizada de Piura, al desarticular a la presunta banda criminal conocida como “Los Cachineros Telefónicos”, dedicada desde hace al menos siete años a la receptación, adulteración y venta de celulares robados, el arma perfecta para la extorsión.
El megaoperativo, dirigido por el fiscal provincial Orlando Urbina Cerqueira en coordinación con la DIVIAC, permitió la captura de nueve integrantes clave de esta estructura delictiva, que operaba principalmente en los sectores de “La Cachina”, el centro comercial INKARI y “El Bosque”.
Según fuentes fiscales, la organización criminal utilizaba locales de reparación técnica como fachadas para modificar ilegalmente los códigos IMEI de los dispositivos móviles, instalar chips activados de forma irregular y vender los equipos a bajo costo, burlando así los sistemas de rastreo y control. Es decir, los celulares llegaban a parar al mercado negro para cometer las extorsiones, sobre todo, en el penal de Piura.
Toda una red para clonar celulares
Las pesquisas revelan una estructura bien organizada: ingenieros especializados en clonación de IMEIs, técnicos encargados de verificar y adaptar los equipos robados, captadores que abastecían el circuito con celulares sustraídos, y una red de “campanas” que alertaban sobre la presencia de agentes del orden.
Durante los allanamientos simultáneos, se incautaron herramientas electrónicas de alta gama utilizadas para desbloquear celulares y remover identificadores, elementos cruciales para borrar el rastro de su procedencia ilícita. También se encontraron documentos, chips y celulares que fortalecerían la hipótesis fiscal.
Los detenidos afrontan acusaciones por banda criminal (art. 317-B del Código Penal), receptación agravada (art. 195°) y delitos contra la propiedad industrial, entre otros cargos. No se descarta que la red tenga nexos en otras provincias del norte del país.
Esta intervención forma parte de una estrategia más amplia del Ministerio Público contra las mafias tecnológicas, cuyos aparatos adulterados son utilizados, en muchos casos, para cometer extorsiones, fraudes y otros delitos digitales difíciles de rastrear.
Con esta operación, la Fiscalía reafirma su compromiso en desarticular organizaciones que, amparadas en la informalidad, convierten el mercado de celulares robados en un lucrativo negocio criminal.