La violencia no da tregua en el asentamiento humano Seis de Septiembre, en el barrio sur de Piura. En menos de un mes, un comerciante ferretero es blanco de tres atentados criminales con explosivos y armas de fuego que han sembrado el miedo entre su familia, sus inquilinos y todos sus vecinos.
El último ataque ocurrió la madrugada de este jueves 18 de septiembre, cuando un sujeto dejó un explosivo en la vivienda de Melky Yangua Yanayaco, que detonó y alarmó a los vecinos, quienes aseguran vivir en constante zozobra. Este nuevo episodio se suma a los dos atentados anteriores perpetrados por extorsionadores que exigen 20 mil soles para no asesinar a algún miembro de su familia.
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La situación ha obligado al comerciante a abandonar el país en busca de seguridad, mientras que los inquilinos que residían en su inmueble también han decidido retirarse, atemorizados por la seguidilla de ataques. “Tememos que una bala perdida o la onda expansiva de los explosivos termine cobrando la vida de un inocente”, manifestaron vecinos, visiblemente alarmados.
Por otro lado, otro inmueble situado en el asentamiento humano Nueva Esperanza, en el distrito de Veintiséis de Octubre también fue blanco de los extorsionadores, y sufrió la explosión de un artefacto explosivo.
Ataques anteriores
El terror se intensificó en agosto, cuando la madrugada del sábado 16, los mismos delincuentes dispararon 14 veces contra la fachada de un negocio de repuestos de motos, mientras la familia del comerciante descansaba dentro. Un día antes, ya habían detonado un explosivo en el primer piso del local, dejando daños materiales y sembrando el pánico en la zona.
De acuerdo con la denuncia que la víctima presentó ante la División de Investigación Criminal (Divincri), los responsables serían integrantes de la organización delictiva «Los Injertos del Norte”, que operan en la región extorsionando a empresarios locales.
Peritos de criminalística recogieron los casquillos de bala y levantaron evidencias en el lugar, mientras los vecinos reclaman mayor presencia policial y acciones concretas contra las mafias que mantienen en vilo a Piura.
Con este nuevo caso de extorsión, se confirma que los comerciantes piuranos siguen siendo uno de los principales blancos del crimen organizado, que no solo amenaza sus negocios, sino también la tranquilidad y la vida de toda una comunidad.
