Con gran esfuerzo y determinación, detectives del Área Contra el Terrorismo de la Divincri de Piura han logrado ubicar y verificar trece sepulturas que guardan los restos de personas víctimas de Sendero Luminoso en el distrito de Huarmaca, en la provincia de Huancabamba. Esta acción, realizada tras 35 años de sufrimiento y silencio, marca el inicio de un camino hacia la justicia para aquellas familias que perdieron a sus seres queridos en los años más oscuros del conflicto interno.
La Fiscalía Penal Supraprovincial Corporativa Especializada en Delitos de Terrorismo de Lima abrió la investigación en base a la carpeta fiscal N° 527016305-2024-18-0, en la que se recopilan testimonios y pruebas sobre los crímenes cometidos entre 1991 y 2005. A través de una fuente humana clave, se obtuvo la información necesaria para localizar las tumbas de las víctimas, cuyos cuerpos fueron sepultados clandestinamente por temor a represalias de los terroristas.
Inicio de diligencias
Las diligencias de investigación comenzaron el 14 de noviembre de 2024, con un viaje de los agentes policiales a los distritos de Olmos y Huarmaca. En el cementerio Virgen del Carmen de Olmos, se constataron los restos de cuatro personas asesinadas el 13 de abril de 1991. Un doloroso recordatorio de los actos terroristas que aún hoy, 35 años después, siguen marcando la memoria de toda una región.
El trabajo continuó en el caserío Los Faiques, en Huarmaca, donde se verificaron las tumbas de Guillermina Tiquillahuanca Paico y su hermano Nelso Crisanto Paico, víctimas de Sendero Luminoso en los años 1994 y 2000, respectivamente. En el mismo lugar, se localizaron otras tumbas de personas como Tineo Quiñones y Edilburgo Ticliahuanca Carrasco, asesinados en 1994.
Otro momento de profunda conmoción ocurrió en el caserío Hualquiro, donde se hallaron varias tumbas de víctimas cuyos cuerpos yacen en sepulturas de lugares desolados, lejos de la mirada de la sociedad, debido a las amenazas constantes de los grupos terroristas. Entre ellas se encontraban Delubino Parra Santos, Fidel Ticliahuanca Paico, Juan Antonio Paico Parra y Ángel Cruz Parra, cuyos nombres y rostros finalmente recibirán el reconocimiento que durante tantos años se les negó.
En el cementerio San Francisco de Asís, en Huarmaca, también se identificaron los restos de Edilberto Tineo Sosa y Teófila Sosa Torres, asesinados en 2010 y 2015, respectivamente, en ataques perpetrados por los mismos grupos terroristas que sembraron el terror en la región décadas antes.
Ampliación de la investigación
Estas diligencias representan una luz de esperanza para muchas familias que aún sufrían el dolor de no saber qué había sucedido con sus seres queridos. Tras todas las diligencias efectuadas se solicitó a la Fiscalía Penal Supraprovincial Corporativa Especializada en Delitos de Terrorismo, ampliar el plazo de investigación y la exhumación de los restos óseos de las 13 personas, con el objetivo de profundizar en la investigación y llevar a los responsables ante la justicia.
Aunque han pasado tres décadas desde aquellos trágicos días, el trabajo por la memoria y la justicia sigue en pie. Hoy, las víctimas de Sendero Luminoso, que sufrieron la condena del silencio, encuentran en estas acciones un reconocimiento tardío, pero necesario, para sanar una herida que aún sigue abierta en el corazón de las familias de Piura y el país.
