Con profunda conmoción y recogimiento, más de 20 mil fieles comenzaron este miércoles a despedir los restos del Papa Francisco, el primer pontífice argentino de la historia de la Iglesia católica, fallecido el lunes a los 88 años. Su figura, marcada por la humildad, la cercanía con el pueblo y las reformas impulsadas desde su elección en 2013, deja una huella indeleble tanto en el Vaticano como en el corazón de millones.
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La ceremonia inicial estuvo a cargo del cardenal y camarlengo Kevin Joseph Farrell, quien dirigió una emotiva oración ante el féretro de Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires entre 1997 y 2013. La procesión fúnebre recorrió las plazas Santa Marta y de los Protomártires Romanos antes de ingresar a la Plaza San Pedro, en un acto cargado de solemnidad que reflejó el profundo respeto hacia quien transformó el rostro de la Iglesia en el siglo XXI.
Posteriormente, el féretro se colocó en el Altar de la Confesión, bajo el histórico baldaquino de Bernini en la Basílica de San Pedro. Allí se dio inicio formal a la Liturgia de la Palabra y a los homenajes públicos que se extenderán hasta el viernes. Durante este período, la basílica permanecerá abierta hasta la medianoche, permitiendo a fieles de todo el mundo dar su último adiós al Papa número 266, cuya sencillez franciscana y carisma natural marcaron una época.
El viernes finalizarán las despedidas, en una jornada que podría superar en concurrencia incluso a la que despidió a Juan Pablo II. Cabe recordar que Benedicto XVI, su predecesor, renunció al pontificado en 2013, por lo que su partida no estuvo acompañada del mismo tipo de ceremonias.
Funeral
Finalmente, la misa de exequias se celebrará el sábado 26 de abril, seguida de su sepultura en las grutas vaticanas, bajo la misma basílica. Ese mismo día, desde las 10 de la mañana, se realizará una misa especial en la Catedral Metropolitana de Buenos Aires, donde comenzó el camino eclesiástico de quien sería, para muchos, el “Papa del pueblo”.
