Lo que debía ser una jornada de celebración por el aniversario del distrito de Bellavista se convirtió en una emergencia sanitaria cuando al menos 40 escolares sufrieron descompensaciones debido al intenso calor durante el desfile cívico-militar celebrado el pasado 8 de diciembre.
El evento, que inició a las ocho de la mañana, expuso a estudiantes de diversas instituciones educativas a temperaturas extremas y a una prolongada espera de pie bajo el sol. Según testigos, los menores presentaron síntomas como dificultad para respirar, debilidad, mareos y dolores de cabeza.
La emergencia obligó a policías y militares presentes a trasladar a varios escolares hacia ambulancias, mientras que otros, visiblemente afectados, apenas podían caminar por su cuenta. Los más de 40 escolares que sufrieron descompensación fueron llevados al centro de salud de Bellavista, donde recibieron atención médica inmediata.
El desfile duró más de tres horas, con estudiantes de colegios como Godofredo García Baca y Fray Martín de Porres permaneciendo bajo el sol mientras esperaban su turno para pasar frente al estrado principal. La falta de sombra, agua y descansos contribuyó al deterioro de la salud de los menores.
Los incidentes comenzaron a registrarse cuando los estudiantes de estas instituciones finalizaron su participación. Sin embargo, y pese a las críticas de los asistentes, el evento continuó desarrollándose, una decisión que generó malestar por parte de padres y espectadores.
Críticas a la organización
La población cuestionó la continuidad del desfile y la aparente falta de previsión. Padres de familia y vecinos señalaron la ausencia de medidas básicas para mitigar el impacto del calor, como la instalación de carpas, la provisión de agua o la reducción de los tiempos de exposición al sol.
“No puede ser que prioricen un desfile sobre la salud de los niños. Esto es irresponsable”, manifestó un asistente indignado.
Por su parte, las autoridades locales aún no se han pronunciado oficialmente sobre lo sucedido, pero los ciudadanos exigen una investigación y la implementación de protocolos que garanticen la seguridad y el bienestar de los participantes.
Mientras tanto, las familias afectadas esperan una respuesta concreta y compromisos para evitar que episodios similares se repitan en el futuro.