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Callao: cuatro muertos y tres heridos deja ataque a combi

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Un nuevo y violento episodio del crimen organizado sacudió las calles del Callao, la noche del lunes 7 de octubre, dejando cuatro víctimas fatales, entre ellas un policía en retiro que intentó repeler el ataque. El brutal tiroteo, perpetrado por un sicario de nacionalidad venezolana, encendió las alarmas sobre la creciente ola de violencia en una de las zonas más peligrosas de la capital peruana.

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Se conoció que el presunto sicario Joneiser Ramírez Mendoza, subió como pasajero a una combi en la avenida comandante Pérez Salmón, en pleno corazón del Callao. Según las imágenes captadas por las cámaras de seguridad, Ramírez se aproximó al conductor y, sin mediar palabra, le disparó a quemarropa en la nuca, desatando una balacera que dejó un saldo de cuatro fallecidos.

Entre las víctimas se encuentran Rosmery Vílchez Sánchez, pareja del conductor, y una trabajadora de seguridad, Silvia Calle Huamaní, que se encontraba junto a ellos en la combi. El tiroteo también cobró la vida de Luis César Felipe Vidal, un policía en situación de retiro que viajaba en el vehículo y que intentó repeler el ataque con su arma personal. Aunque logró herir al atacante, no pudo evitar el desenlace fatal.

Las autoridades también revelaron que tres personas resultaron heridas.

Huida frustrada y escape planificado

Tras ejecutar el asesinato, Ramírez Mendoza intentó escapar en una motocicleta que lo esperaba a pocas cuadras. Sin embargo, la rápida reacción del policía retirado complicó la fuga, desatando un intercambio de disparos dentro de la unidad de transporte. A pesar de los esfuerzos por detenerlo, el sicario y su cómplice lograron escapar, abandonando la moto a unas pocas cuadras del lugar y subiendo a un automóvil negro que ya estaba en marcha.

En la escena del crimen se encontraron al menos 20 casquillos de bala, evidencia de la violencia desatada en el enfrentamiento. Las autoridades, que no han descartado nuevas capturas, señalaron que la hipótesis principal del caso es que se trató de un crimen por encargo, posiblemente vinculado al cobro de cupos en el sector del transporte informal, una actividad que ha estado bajo el asedio de bandas delictivas.

Una ciudad asediada por la violencia

El Callao, conocido por su actividad portuaria y su denso tejido urbano, se ha convertido en un foco de criminalidad en los últimos años, con un aumento alarmante de casos de sicariato y extorsión. El asesinato de este conductor y las demás víctimas es solo un episodio más de una problemática que parece fuera de control.

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