Tras meses de permanecer en silencio y con pedidos de que deje el cargo, finalmente el rector de la Universidad Nacional de Piura (UNP), Santos Montaño Roalcaba renunció al cargo en medio de la prisión domiciliaria que enfrenta tras la difusión de un video en el que presuntamente recibe S/10 mil soles de un proveedor en las instalaciones de la casa superior de estudios. El hecho, que data del 19 de mayo de 2023, salió a la luz a través del programa “Cuarto Poder” el pasado 11 de agosto de 2024, desatando un escándalo sin precedentes en la institución.
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A través de una carta notarial fechada el 30 de diciembre de 2024, Montaño Roalcaba presentó su dimisión al rector encargado, Enrique Ramiro Cáceres Florian. En el documento, el suspendido rector argumenta que su delicado estado de salud lo llevó a tomar esta decisión “a fin de salvaguardar los sagrados intereses” de la UNP. La carta, que incluye su firma y huella digital, subraya la naturaleza irrevocable de su renuncia.
“Que, es de conocimiento público el delicado estado de salud por el cual atravieso. En dicho sentido, a fin de salvaguardar los sagrados intereses de nuestra Alma Mater, y asimismo cuidar mi salud, he tomado la decisión de formalizar MI RENUNCIA CON CARÁCTER DE IRREVOCABLE AL CARGO DE RECTOR DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE PIURA”, se lee en el documento notarial.
Nuevas elecciones tras renuncia de Santos Montaño
Con la renuncia del rector, los estatutos universitarios establecen que la Asamblea Universitaria debe convocar elecciones en el menor tiempo posible. Este proceso será crucial para elegir a un nuevo líder que asumirá las riendas de la universidad durante los próximos cinco años, en un esfuerzo por superar la crisis que ha golpeado a la institución.
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Mientras tanto, estudiantes y trabajadores de la UNP exigen transparencia en las elecciones y acciones contundentes para erradicar la corrupción de una institución que consideran fundamental para el desarrollo de la región.
Como se recuerda, el video, pieza clave de la denuncia, muestra a Montaño recibiendo el dinero de un hombre identificado como proveedor de la UNP. En la grabación, se escucha al interlocutor afirmar que el pago corresponde a servicios realizados para la institución, lo que generó indignación entre la comunidad universitaria.
