Justicia popular. Cinco presuntos delincuentes murieron tras sufrir una brutal golpiza por una turba de pobladores, luego que intentaran secuestrar a un empresario en el distrito de San Marcos, provincia de Huari, región Áncash.
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Según las primeras informaciones, la noche del martes 5 de noviembre, ocho delincuentes obligaron a subir a una camioneta al empresario, identificado con las iniciales W.R.D.S., en la zona de Aceitepampa por un grupo de ocho personas armadas y con los rostros cubiertos. Tras el secuestro, la reacción de la comunidad fue inmediata: cientos de pobladores se movilizaron en una intensa búsqueda, logrando ubicar el vehículo en el sector de Huancha.
Fue en ese momento cuando el empresario logró escapar, aparentemente aprovechando un descuido de sus captores. Sin embargo, la situación no terminó ahí: una turba de mil pobladores halló a cinco individuos en la camioneta y, en medio de la indignación y la tensión, los sometieron a golpes y agresiones en un intento por obtener información sobre el paradero de los demás implicados.
Una intervención desbordada
La situación escaló rápidamente. La Policía Nacional, acompañada por personal de serenazgo de San Marcos, intentó intervenir para controlar a la multitud. Sin embargo, la cantidad de pobladores —aproximadamente 1000 personas, según fuentes oficiales— hizo que el esfuerzo policial fuera insuficiente. En medio de la tensión, la turba tomó el control de la situación y arrebató a los detenidos de manos de las autoridades.
Videos que circulan en redes sociales captaron algunos momentos de los castigos físicos a los presuntos secuestradores, aumentando aún más la tensión y la indignación. Ante la imposibilidad de contener a la multitud sin riesgo de agresiones, los agentes de seguridad optaron por retirarse, mientras el grupo tomaba represalias extremas contra los sospechosos.
Cinco muertes y una investigación en marcha
En la madrugada del miércoles, cuando la situación se calmó y la mayoría de los pobladores se dispersó, la Policía regresó al lugar. Allí encontraron los cuerpos sin vida de los cinco individuos, todos con evidentes signos de violencia descomunal, y el vehículo usado en el secuestro completamente incinerado.
El fiscal Reynaldo Quesha, en colaboración con la Policía Nacional, inició una exhaustiva investigación para esclarecer los detalles de este trágico incidente y determinar las responsabilidades. Este episodio de justicia popular ha dejado una profunda marca en la población de San Marcos.