A tres días de haberse declarado en huelga de hambre, el expresidente Pedro Castillo fue trasladado de emergencia al Hospital II de Vitarte tras sufrir una descompensación. Su estado de salud encendió alarmas en el penal de Barbadillo, donde cumple prisión preventiva mientras enfrenta un juicio por el intento de golpe de Estado del 7 de diciembre de 2022.
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El incidente ocurrió la mañana del jueves 13 de marzo, cuando la Sala Penal Especial de la Corte Suprema reanudaba el juicio oral contra Castillo y sus exministros. Sin embargo, el exmandatario no se presentó a la audiencia, ya que personal del Inpe lo trasladó al nosocomio por un aparente cuadro de deshidratación.
La jueza Norma Carbajal confirmó durante la sesión que el exjefe de Estado, de 55 años, fue trasladado por presentar un «trastorno del sensorio, etiología a determinar». Sin embargo, los informes médicos preliminares indican que su estado es estable y que no se encontraron signos evidentes de deshidratación severa.
Protesta en medio de juicio
Pedro Castillo anunció días atrás que iniciaba una huelga de hambre como medida de protesta contra el proceso judicial en su contra, al que calificó de «politizado». En un comunicado difundido en su cuenta de X (antes Twitter), el exmandatario sostuvo que su detención es «arbitraria» y una «injusticia» contra él.
«Para mí, en mi opinión, han metido preso a un inocente. La decisión de una huelga de hambre es porque él está haciendo una protesta pacífica para que el Perú y el mundo tengan conocimiento de que Castillo se encuentra preso de manera injusta», declaró su abogado, Walter Ayala.
Pese a la ausencia del exmandatario, la Sala Penal Especial decidió continuar con la audiencia, argumentando que la huelga de hambre es una falta grave dentro del código penitenciario. La Fiscalía ha solicitado una condena de 34 años de prisión para Castillo por los delitos de rebelión y alteración del orden público.
Simpatizantes en vigilia
Tras conocerse su traslado al hospital, simpatizantes del expresidente se congregaron en los exteriores del Hospital II de Vitarte para expresar su apoyo. Mientras tanto, el Instituto Nacional Penitenciario (INPE) monitorea de cerca su estado de salud y evalúa las acciones a seguir en caso su condición se deteriore aún más.
Pedro Castillo sigue siendo una figura polémica en el país, con seguidores que lo ven como una víctima del sistema y detractores que exigen justicia por su intento de disolver el Congreso. Su huelga de hambre, más que una protesta, se ha convertido en un nuevo foco de atención dentro de un juicio que marcará un precedente en la historia política del Perú.