Desde hace ocho meses que los trabajadores de la morgue principal de Piura viven una alarmante situación debido a las precarias condiciones en las que se encuentran sus instalaciones que, incluye, el no funcionamiento de las cámaras de refrigeración, esenciales para almacenar y conservar los cadáveres; la acumulación de desecho y la proliferación de roedores que pone en riesgo la salud pública no solo de los trabajadores, sino de los moradores que radican alrededor.
Leer más: Asesinan a joven piurano en Lima por resistirse al robo de su celular
Según denuncias de los empleados, las cuatro cámaras de refrigeración colapsaron a principios de febrero, lo que ha provocado la rápida descomposición de los cuerpos. Esta situación ha generado un ambiente insalubre dentro de la morgue, donde el hedor es insoportable y la presencia de roedores, que se alimentan de los cadáveres en descomposición, ha convertido el lugar en un foco infeccioso.
«Hemos visto a los roedores comiéndose los cadáveres. Es una situación insostenible», declaró Andrés Herrera Farfán, secretario general del Sindicato de Trabajadores del Ministerio Público. Los necropsiadores, quienes e encargan de realizar las autopsias, enfrentan condiciones de trabajo peligrosas, ya que sus implementos se contaminan durante los exámenes y deben ser desechados, lo que agrava la acumulación de desechos y la proliferación de plagas.
A pesar de las reiteradas solicitudes para la reparación de las cámaras de refrigeración y la adquisición de nuevas, los trabajadores no han recibido ninguna respuesta por parte de las autoridades. La incertidumbre sobre el presupuesto a la morgue de Piura persiste, y el sindicato teme que no se destinen los fondos necesarios para resolver la crisis.
Medidas drásticas
La infraestructura del área de medicina legal tampoco es adecuada, complicando aún más la situación. Los choferes del Ministerio Público deben transitar por aguas contaminadas de los desechos de los cadáveres, exponiendo su salud a graves riesgos.
Ante la falta de soluciones, Andrés Herrera Farfán advirtió que los trabajadores podrían tomar medidas más contundentes si no se atienden sus demandas. Se están considerando paros escalonados de 24 y 48 horas, que podrían culminar en una huelga indefinida a nivel nacional. «Somos 365 trabajadores afiliados al sindicato, y no dudaremos en tomar acciones si no se nos escucha», aseguró el dirigente.