En una sentencia sin precedentes en España, un hombre fue condenado por impedir durante 10 meses que su expareja viera al perro que ambos tenían bajo custodia compartida. Martha, la dueña de He-Man, logró reencontrarse con su mascota después de una larga batalla legal en los tribunales.
Tras su ruptura, habían acordado verbalmente turnarse el cuidado del animal cada dos semanas y mantenían el contacto mediante WhatsApp o correo electrónico para organizar los intercambios. Sin embargo, un día él dejó de responder, desapareciendo con el perro.

Desesperada por no poder ver a su mascota, Martha decidió recurrir a un abogado y se inició un procedimiento judicial. Aunque se intentó una mediación, no fue posible llegar a un acuerdo, lo que llevó el caso ante el juez. Martha explicó en un programa de televisión que, para ella, la relación con su perro era como la de un hijo, y su expareja rompió ese lazo emocional al impedirle el contacto.
Sentencia por no respetar la custodia compartida
La sentencia, además de imponer una compensación de 600 euros por el daño moral causado, establece un régimen rotatorio de visitas, donde ambos deberán compartir el cuidado del perro cada 15 días. La abogada del caso, Lola García, destacó la importancia de esta resolución al reconocer, por primera vez, el daño emocional que causó la separación por varios meses de la mascota, algo que hasta ahora no se realizó en los tribunales.
Este fallo refleja un cambio en la sociedad española, donde el vínculo con los animales es cada vez más fuerte, y subraya el creciente reconocimiento legal de las familias multiespecie. García espera que esta sentencia sirva como disuasión para quienes usan a los animales como una herramienta de venganza en disputas entre exparejas.